Si no condenas, eres cómplice, y si eres cómplice, eres culpable. Por eso en la situación del pueblo palestino hay tantos culpables como víctimas, y por eso los culpables deben dar la cara y no la espalda ante ataques como el que ha sufrido la flota que portaba ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Incluso cuando las víctimas no son ciudadanos palestinos, la impunidad de la comunidad internacional pone de relieve la complicidad de organismos como la ONU, que entre contradicción y contradicción reacciona con calma ante una clara violación de los derechos internacionales, asegurando que la situación precisa de una investigación “rápida e imparcial”. Algo parecido sucede con el gobierno de España, que permanece impasible ante una situación que le afecta directamente. ¿Será porque el ataque se ha llevado a cabo con las armas que vendió en su momento a Israel? Puede, pero no debemos olvidar que esas armas han pretendido cargar contra ciudadanos españoles mientras el señor Moratinos todavía no se ha pronunciado.
Los que sí se han pronunciado han sido tanto el gobierno de Israel como las Naciones Unidas, que aseguran “lamentar profundamente lo sucedido”. Nueve muertos de nacionalidad turca no han sido suficientes, ni para que se haga justicia ni para reflexionar acerca de un conflicto que es todo menos imparcial, donde unos matan y otros mueren ante el silencio de un mundo a los pies de sus primeras potencias. Los que disparan imponen la justicia y los que reciben las balas son el blanco de todas las acusaciones, los que dicen mandar obedecen las ordenes de los que dicen haber sido elegidos por Dios. Y así continúa un conflicto en el que siempre se lamenta pero nunca se hace justicia. ¿O es que ya nadie recuerda cómo se vivió en Gaza la navidad en 2008? No se puede vivir de lamentos.
Aquí la noticia.
- Kevin Laden -
martes, 1 de junio de 2010
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