jueves, 5 de noviembre de 2009

...Y HABLANDO DE TERRORISMO

"Terrorismo: m. Forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de temor e inseguridad."

“Forma violenta de lucha política”. Es decir, aquellos que hacen política guiados por la irreflexión más macarra. Ya están más que nombradas las numerosas cruzadas contra enemigos imaginarios y armas invisibles, pero no está demás hacer mención a ellas, un pequeño balance, tan sencillo como el contar las víctimas de los atentados del 11 de septiembre, por ejemplo, y ponerlas al lado de los trocitos de los miles de cadáveres que sintieron en sus carnes las tajantes represalias. Más justos que pecadores, por cierto.

Pero no es este el centro neurálgico de esta reflexión, de la cual por otra parte, no soy pionero. Si no el análisis de la más que acertada definición que hace la RAE de la palabra terrorismo.

…”la creación de un clima de temor e inseguridad”. Y a los hechos me remito, hablando de terrorismo, hablando de un clima de temor e inseguridad, hablando de personas que con vehemencia apuestan por propagar la histeria creando un problema aparentemente fortuito para después vendernos una solución. La atmósfera de inestabilidad es cada vez más palpable, las masas se trastornan, como hormigas sin antenas desconfían los unos de los otros, dejándose guiar por el pánico. Occidente tiembla y no es para menos, guarecidos en sus casas, los humanos observan día tras día como el planeta ampara miles de millones de fatalidades. Desde sus platoes, son los presentadores de los informativos quienes se encargan de contarnos estas truculentas historias que abarcan desde la violación y el asesinato hasta el mismísimo fin de los tiempos. Y el lema es, “¡Que cunda el pánico!”, que es más fácil dominar al populacho si éste está asustado. Y está más bien acojonado.



LA CULTURA DEL ACOJONE


CARIÑO, HAN RAPTADO AL NIÑO
Señoras y señores, anden con mucha cautela, pues el hombre que vendía droga en la puerta de los colegios se ha multiplicado, y ha dejado a un lado la anticuada y obsoleta artimaña de los caramelos para dar paso a toda una nueva generación de secuestradores que ahora mismo podrían estar planeando raptar a su hija. Mírenlo por el lado bueno, perderían una hija pero saldrían en “Tal cual lo contamos”, nadie respetará su dolor, pero, oiga. ¡Saldrá por la tele!

No dejen solos a sus cachorros, enciérrenlos en casa y no les dejen salir si no es acompañados, ya se relacionarán vía “Facebook”. Cualquiera de sus vecinos podría haberles echado ya el ojo. Tengan muchísimo cuidado, pues la estadística juega en su contra y confabula contra ustedes para joderles la vida en cualquier momento, en la próxima esquina puede estar oculto el nuevo Antonio Anglés esperando su oportunidad para escribir otra página en la crónica negra de España y convertir su agonía en un circo mediático para todo el país.



Y ya que tienen a los niños encerrados en casa, proporciónenle una mascarilla a cada uno, de nada sirve prevenir un secuestro si luego acaban infectados. Procuren mantenerlos alejados de los grupos de riesgo y vigilen con lupa su higiene, es muy importante que se laven las manos varias veces al día (con unas quince es suficiente), desinfecten los cubiertos después de cada uso, y eviten a toda costa mantener la calma. Por supuesto lo mismo han de hacer ustedes, evitando el contacto directo con otras personas mediante saludos tales como estrechar la mano o dar dos besos, hagan su vida normal, pero procurando no tocar los pomos de las puertas, manivelas del cuarto de baño, en fin, que si pueden conseguir un traje aislante y una máscara de gas evitarían muchos quebraderos de cabeza, y de paso no estaría de más un spray de pimienta y un par de armaduras de acero forjado por si las moscas.

EL FACTOR HADES
Parece sacado de una novela de Robert Ludlum, pero mucho más apocalíptico a la par que cutre. Un virus mutante muy cabrón amenaza con contaminarnos a todos si no nos lavamos bien las manos. Sólo un hombre puede salvarnos, sólo él posee el antídoto, y si de paso se saca un pico, pues oye, eso que se lleva.



La historia que relataré a continuación sí que es absolutamente veraz, y trataré de plasmar lo mejor posible aquello que estos ojos vieron en un hosco vagón de tren. Justo después de que un amable revisor sellara mi billete, (yo siempre lo compro, lo juro) el convoy hizo parada en Almazora, (una solemne ciudad situada al sureste de Castellón) y en esta solamente subió un hombre de unos sesenta años bastante deslucido. El vagón lo frecuentábamos aquél señor, yo y unas cinco personas más, dos de las cuales, una chica y una señora, estaban ubicadas muy cerca del sujeto.

El hombre, probablemente aquejado de bronquitis, sacó de su bolsillo un pañuelo y empezó a toser enérgicamente. Estuvo un rato sin poder parar, con los ojos repletos de lágrimas y la cara enrojecida, aunque parecía algo no muy excepcional en él, seguramente acostumbrado ya a estos repentinos ataques.

Sin embargo el espectáculo pasó de ser sencillamente desagradable a resultar plenamente lamentable gracias a la penosa reacción de las dos acompañantes del achacoso abuelo, que discretamente abandonaron sus asientos para buscar un lugar donde mantenerse a salvo de aquel aluvión de gérmenes. La chica posó sus nalgas justo al final del vagón, bien lejos del foco infeccioso, por su parte, la mujer vino a sentarse a mi lado, cubriéndose el rostro con un pañuelo.




Sí, señores y señoras, vuestro Narrador y amigo no miente. Recién sacada del congelador y todavía fresquita la noticia de la gripe A, la paranoia ya era manifiesta. La sociedad, crédula y miedica, teme por su salud y por su vida, lo cual viene de puta madre en estos tiempos que corren.

UNA VERDAD MUY CHUNGA
El planeta expira, agoniza, el clima está cambiando, las especies se extinguen, cada vez hay más sequía. Y es todo culpa tuya, todos vamos a morir por tu puñetera culpa, necio. Pero todavía estás a tiempo de enmendar el mal que has hecho, aún puedes arreglar la zapatiesta que has montado. ¿Cómo? Muy sencillo: haz caso a todo lo que te digamos, no es tan difícil. Los residuos en su respectivo contenedor, las bolsas ecológicas, el ahorro de energía…De todo esto depende que dentro de unos años, tu chalet en primera línea de playa no acabe en las profundidades marinas, amigo, de tu estupidez depende el futuro del planeta, y aquí se me calientan ya las teclas.

Muy bien, de puta madre. Estoy de acuerdo y no dudo que hay que ser consecuentes con todo lo que nos rodea. ¿Pero quién puede ser tan estúpido de tragarse los apocalípticos discursos de Al Gore, artífice de la guerra contra Serbia? ¿Quién puede seguir creyendo las arengas de progres concienciados y comprometidos con el cambio climático? Obviamente son preguntas retóricas, pues es evidente que hoy cualquiera se cree ecologista, y a cualquiera le remueven la conciencia los sermones de estos insignes salvadores que son realmente los autores de este crimen biológico.


La pregunta clave es. ¿Seremos algún día capaces de razonar y tomar decisiones por nosotros mismos? ¿Dejaremos algún día de ser gobernados por el pánico? La respuesta me causa pavor…

Kevin Laden -


«[...]Se me ha pedido hablar sobre cuál considero el mayor reto que tiene que afrontar la humanidad y tengo fundamentalmente una respuesta. El mayor reto que tiene que afrontar la humanidad es el reto de distinguir la realidad de la fantasía, la verdad de la propaganda.[...]»

- Michael Crichton, Estado de miedo -

2 comentarios:

  1. Parece que Aldous Huxley, no estaba tan demente al fin y al cabo.

    Un mundo feliz :)

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  2. la receta es clara:
    lider carismmático,
    discursos del terror,
    bombardeos de información que estipulan la bondad del bueno y la maldad del malo,
    y horas y horas de ocio que impiden pensar
    et voilà un mundo de idiotas listos para manipular.

    ResponderEliminar

COMENTARIOS, SUGERENCIAS Y AMENAZAS DE MUERTE

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