LA VIOLENCIA GENERA VIOLENCIA

Soy un monstruo, un lunático sin compasión, un marxista perturbado, un bastardo y un pro-terrorista. ¿El motivo? Reírme a carcajadas contemplando el rostro desdentado y ensangrentado de Silvio Berlusconi. Sí, el careto hecho unos zorros del primer ministro italiano me produjo risa cuando, supuestamente lo que tendría que haber hecho era rechazar y condenar cualquier tipo de agresión, lo sé, lo sé, soy un cabrón, pero nunca seré un hipócrita. Nadie se merece que le golpeen, esas cosas no se arreglan a golpes si no en las urnas, la violencia es lo último y toda esa palabrería de la que todo el mundo se acuerda cuando la víctima de la agresión es una personalidad pública y no un obrero o un niño libanés. De repente todo el mundo empieza a citar a Mahatma Gandhi y a Luther King, y la palabra “tolerancia” se prostituye en debates de opinión y telediarios demagogos. Se habla de solidaridad y de respeto y se tacha de fanático a todo aquel que de alguna manera se niega a sentir lástima de este mafioso que solamente ha recibido uno de los tantos golpes que él mismo ha asestado a su pueblo. Pero es que no hablamos de un magnicida, ni de un ataque terrorista, hablamos de un pobre loco con mucha mala ostia reprimida, una reproducción del Duomo y un par de piños rotos, nada que no pueda suceder un viernes en cualquier taberna con unas cuantas jarras de más.





Ahora hay un montón de índices que señalan y de lenguas que acusan tan a la ligera que me da la sensación de que, más que un golpe a la derecha, esta agresión ha sido una más que oportuna ocasión de criminalizar cualquier movimiento contrario al régimen totalitario del señor Berlusconi en particular, y al neoliberalismo europeo en general. Y ya estamos otra vez hablando de terrorismo, o lo que es lo mismo, de violencia. Pues es violencia golpear a un presidente, al igual que son violencia los crímenes de la mafia calabresa. Es violencia arremeter contra la policía en una manifestación, y también lo es dejar morir de hambre a medio mundo, pero no es la misma violencia. No pretendo enaltecer con esto al agresor, no es mi estilo, mas tampoco puedo condenar el acto, no me lo permiten mis ideas ni me lo permito yo mismo, y menos al presenciar tamaño ejercicio de hipocresía que se está generando con la noticia de que un desequilibrado le hizo a Berlusconi…..





...Nada justifica la violencia, ¿No es eso? Son las clásicas frases que nadie formula cuando ve por televisión a las víctimas del despotismo de dirigentes camorristas como Silvio Berlusconi.

Y ahora atáquenme, soy un monstruo más.

- Kevin Laden -