El día 14 de mayo ya estaba eufórico, con los dedos al rojo vivo ardiendo en deseos de escribir un texto arengando a las masas ante la inminente revolución que se avecinaba en todo el estado español, creyéndome el mismísimo Che Guevara dando un discurso en la ONU para recordarle a la gente una vez más lo necesario que era un levantamiento del pueblo. Tan ingenuo fui que comencé a preparar lo que después resultó ser el artículo más optimista que había salido de mi teclado desde que me dio por desahogarme con él en vez de con un fusil de asalto, artículo de cuyo título, por algo que hoy siento y que debe de ser eso que muchos llaman vergüenza, prefiero no acordarme. Tras la manifestación del 15 de mayo en Castellón, que partió desde la hoy asentada plaza Mª Agustina – o la que emulando a los valencianos, se ha rebautizado simbólicamente como “plaza 15 de mayo” – mi efusividad se fue extinguiendo poco a poco, lo que había empezado siendo una llamarada que me abrasaba por dentro quedó en un leve chispazo que mantenía viva la esperanza de que algo pudiera surgir de todo esto. Esta llama sigue viva, pero ya apenas alumbra.
LO LLAMAN REBELDÍA Y NO LO ES
Para hacer una reflexión sobre el movimiento del 15-M, habiendo sido ya prudente y esperado a que los acontecimientos fluyeran hasta ver los resultados, no puedo evitar plantearla desde mi experiencia personal en la acampada de Castellón, ya que no puedo mentar al resto sin haber estado en ellas. En un principio me sorprendió ver cómo gente a la que jamás había visto en una movilización de este tipo, encabezaban las manifestaciones sosteniendo las pancartas o megáfono en mano proclamando consignas, lo cual más que disgustarme, me resultó cuanto menos, interesante, pues se estaban removiendo conciencias, el pueblo se desperezaba y se quitaba las legañas, o al menos así lo vi en aquél momento. Pero de la ilusión fui pasando al desencanto en tan solo un par de días, escuchando alucinado cómo las voces más subversivas eran acalladas por una aplastante mayoría de ultracorrectos exaltados, echando por tierra cualquier decisión que conllevase atisbo alguno de rebeldía, aunque ésta hubiera sido previamente aprobada en asamblea. Por éste motivo, muchos compañeros que llevan años en la lucha anticapitalista, tomaron la respetable decisión de desentenderse del movimiento a los pocos días, yo por el contrario y después de dar muchas vueltas a la plaza, aturdido, confuso y desorientado entre tanta mano alzada, aplausos y frases de Gandhi, decidí seguir husmeando hasta dar con un hueco desde el que aportar mi punto de vista crítico y dar rienda suelta a mi espíritu combativo, y así fue como me uní a la gloriosa comisión de Activismo, comisión que desde su nacimiento se encontraba destinada a convertirse tarde o temprano en un rebaño de ovejas negras para lo “indignaos”, un grupo de terroristas que desde la sombra urde maquiavélicos planes para quemar coches y volar edificios. Y es que si hay un sentimiento que ha sido palpable durante estas semanas, es el miedo, el temor colectivo a que las ideologías se muestren abiertamente, el recelo general a posicionarse y la desconfianza de muchos ante cualquier tentativa de acción organizada, miedo por parte de los mismos que actúan en todo momento dentro de la legalidad mientras se autoproclaman partícipes de una revolución. Permitidme que me ría, pero es que llevo semanas conteniendo las carcajadas cada vez que paso ante el cartel que promulga aquello de: “Spanish Revolution”, reduciendo una palabra de tan colosal significado a un campamento con flores, timbales y talleres de relajación, estos últimos para estar tranquilos si vienen los antidisturbios a molernos a palos.
IDEOLOGÍAS, VADE RETRO
A mí que se me suele tildar de dogmático día sí y día también, me pareció fenomenal durante las primeras asambleas, que la iniciativa fuese ciudadana y no se presentase teñida de ningún color político, algo que en medio de una campaña electoral no hubiese ido a buen puerto, pero esto se ha confundido con el disparatado concepto de que hay que rechazar cualquier tipo de ideología huyendo de todo intento por parte de los medios de meter a los acampados en el oscuro y raído saco de la izquierda, no vayan a decir que somos comunistas, ¡Jesús! La despolitización total del estático movimiento 15-M ha traído consigo una serie de contradicciones que han atentado incluso contra la libertad de expresión de muchos de los que estamos implicados y seguimos aguantando un atropello tras otro, como es el hecho de que se instara a un chaval que enarbolaba una bandera del CJC a retirarla de inmediato, mientras ha de someterse a votación si se retira o no de la mesa informativa un comunicado de Falange Española, confundiendo así del modo más ridículo política con sentido común. Esto es solamente un ejemplo de lo que yo llamo irónicamente, la “censura pacifista”, pero hay más, detalles como sustituir cualquier consigna de corte político o social por globos de colores son los que convierten su idílica revolución en un guateque que ha perdido toda credibilidad. Lejos de mi intención está desvirtuar un movimiento en el cual continúo implicado, no vayan los gurús de la benevolencia a acusarme de hacer contrarrevolución, lo único que pretendo es reflexionar, aunque muchos se ofendan, acerca de por qué pienso que todo este tinglado se dirige a toda velocidad y sin frenos contra un muro de hormigón, y sobre el peligro de que la cosa degenere en algo muchísimo peor, si no es que cae sencillamente en el olvido como las movilizaciones de transportistas o la huelga general.
Es bastante probable que haya gente que ya esté convulsionando si ha llegado a leer hasta aquí, que se conjuren contra mí acusándome de querer falsear esta iniciativa tan bonita, - tan bonita como un anuncio de Ausonia - pero aunque haya decidido subirme a este barco, sepan que mi lucha dista mucho de su idea de formar parte del mobiliario de la plaza y está muy lejos de su sospechoso “ni de derechas ni de izquierdas”, que una revolución por pacífica que sea, no es viable si ni tan siquiera resulta una molestia para los poderosos hacia quienes va dirigida, que no se puede pretender cambiar las leyes si se continúan cumpliendo al pie de la letra y que pretendo seguir siendo un grano en el culo de los pacifistas hasta que el 15-M empiece a parecerse más a las revueltas de los pueblos egipcio y griego y menos a una tarde en el festival de Woodstock.
Para acabar, sólo una frasecita de las clásicas: “Ni tan violento como creen, ni tan pacífico como desean”.
- Kevin Laden -
Has dicho todo lo que había que decir, dejame añadir una gran frase de Nietzsche:
ResponderEliminar"El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo."
Un saludo desde Luz y Penumbra.
Como tu mismo dices, Verdades como Truños.
ResponderEliminarQué razón llevas, todo lo que huela a ideología les da asco. Pues sí, soy comunista ¿qué pasa? Y lo que más me toca las narices es que me comparen con uno del PP, cuando yo estoy semana sí, semana también en la calle o en las sombras intentando cambiar poco a poco este sistema de mierda mientras los del PP quieren perpetuarlo. A ver donde acaba esto, pero negar que uno tiene una ideología es como negar tener opiniones.
ResponderEliminarla mayoria de la gente que va a esas plazas no quieren cambios solo quieren seguir manteniendo sus privilegios, la sensación de pertenecer a una clase media burguesa a la que unicamente se acercan por propiedades que ni si quiera son suyas. propiedades que han supuesto un endeudamiento que les esclaviza.
ResponderEliminaryo tambien vivi el principio de estas movilizaciones con ilusion, pero mi desilusion llego pronto. animo a todos los que siguen con verdadero interes por cambiar las cosas en esas plazas.
al final, los que queremos cambiar las cosas nos volveremos a encontrar en las calles.
Aplausos para ti !!!!!!!!! Llevas toda la razón !
ResponderEliminarHaca días que pienso lo mismo. Ninguna revolución se ha llevado a cabo pasando los días tirado en una plaza. Al final tendrán razón los que dicen que esto esta condenado, como el mayo del 68. Y como tal, quedará siendo un bonito recuerdo que igual que vino se fue. Con esta actitud "pacifica" sólo están consiguiendo que los políticos les ignoren y esperen en sus casas a que la gente se canse y vuelva a su vida diaria. No he estado en las acampadas, porque trabajo y no hay una cerca de mi ciudad, pero las sigo de cerca en las redes sociales. Hay que pasar a la acción y ser granos en sus culos! Totalmente de acuerdo! Lo que están consiguiendo es que la gente cada vez les tome menos en serio. Para quejarme sentado en un banco, me quejo en mi casa... Había una pancarta que decía algo como "SIN CASA, SIN TRABAJO, SIN FUTURO, SIN MIEDO" Bueno, pués me parece que si hay miedo. Si hay que salir a la calle a moverse de verdad, me apunto! Porque estoy cansada de la nada...
ResponderEliminarTe comprendo perfectamente. He estado en Sol desde el principio (aunque no acampado) y ahora participo en las asambleas de mi barrio, y la sensación que tengo es muy parecida a la tuya. Lo positivo es que la gente empieza a desperezarse, lo negativo, que no acaba de despertar y se puede volver a dormir. Ese es el gran dilema que tenemos por delante.
ResponderEliminartienes toda la razón, ya era hora que se eliminasen los tapujos politicamente correctos de lo que ha acabado degenerando en como muy bien dices "un Woodstock".
ResponderEliminarHablando de sentido común; primero hay que arreglar estos lodos que día a día pisamos todos:
ResponderEliminarUn sistema que dice llamarse democracia pero no escucha a sus ciudadanos. La palabra referéndum me da risa (ya es que me rio por no llorar) y el voto me da pena; no quiero darle mi capacidad crítica y mi participación política a un grupo de personas que no están ahí por ser los mejores humanistas y economistas, etc. que podrían sacarnos de la crisis para empezar; solo para empezar.
Lo que la CIUDADANÍA quiere es acabar con el bipartidismo, eliminar la ley d'Hondt para que la posibilidad de que gobiernen los partidos elegidos por el pueblo exista. Todos pedimos democracia y partimos del sentido común. No hace falta sacar ninguna bandera ni hablar sobre ningún partido. Con un sistema justo (y no patrocinado por los bancos, eso sí) ya ganará el partido que haya decidido el pueblo. No es momento de discutir eso ahora; solo nos falta dividirnos y discrepar en lo que pedimos todos (porque nos afecta a todos y todos estamos de acuerdo).
Es difícil llevar a cabo un movimiento de todos contra unos pocos poderosos asentados; pero lo que tenemos en común es lo que pedimos.
Y con los derechos humanos, la constitución y unas flores en la mano (que es todo lo que por ahora tenemos, guste o no guste) nos haremos ver y cuando llegue el momento de quemar algo o de pelear se peleará.
Yo creo que con mis puños y esas flores, que a muchos no les gustan...pues no tengo ningún arma, y aunque me la dieran, no creo que llegara muy lejos. Los que mandan ya se las han arreglado muy bien para que tengan a su lado y les protejan unas bien grandes.
http://www.youtube.com/watch?v=R0c9QK-r9Wc&NR=1 Es evidente que las fuerzas del estado se han equivocado...ahora es el momento de decidir cuál es el siguiente paso...y tenemos muchos ejemplos...grecia, egipto, libia... a ver si hay suerte y pasa como en egipto que de tanta gente en el movimiento la polícia se va a su casa...
ResponderEliminarAún queda mucho que hacer y que decir. Que no se puede todo en un día, ni en un comentario...jajaj
el problema de la ideología es que cada uno la interpreta a su manera, por eso hay coherentes y no, y por eso creo que si que es correcto que estos movimeintos no tengan una tendencia ideológica concreta, el problema es de todos y no se tiene que limitar a ideologías
ResponderEliminarigual me equivoco pero aunque lo de acampar no lleve a ninguna parte creo que es un brote, lo más grave tiene que pasar, y quizás es cuando ahí si que haya un movimiento de verdad
por lo menos es mejor esto que no que la gente solo se mueva por el futbol
A ver, yo no quiero que los movimientos tengan determinada tendencia ideológica, lo que critico es la ambigüedad.
ResponderEliminarChapeau, compañero!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
Apoyo el movimiento 15M (o cualquier movimiento afín) pero no estoy dispuesto a esconder mi individualidad en aras de una falsa imagen de ciudadano apolítico indignado.
Caminaré junto a cualquiera que lo haga en mi misma dirección, pues creo que es lo que hace falta, sumar esfuerzos, siempre que no me obliguen a dejar de ser yo mismo por el camino...
Antes que nada soy persona, pero no voy a esconder mi ideología anarquista en aras de un movimiento supuestamente apolítico (menuda estupidez)
"Política es el precio del pan!"
Te parece extraño que "alguien" no esté de acuerdo con la banderita del CPCC y te alarma que se deba llegar a un consenso para retirar la propaganda de falange? Cuántos muertos cultivó tu preciado comunismo? Qué tendrá que ver Falange -la de verdad- con Franco?
ResponderEliminarY es que claro, quizá se seías "un grupo de terroristas que desde la sombra urde maquiavélicos planes para quemar coches y volar edificios", sin embargo no dudas en afirmar que te desahogas con un fusil de asalto (espero que de manera figurada, no me gustaría que un desequilibrado tuviese armas de fuego a su alcance) o que te gustaría trasladar las revueltas griegas y egipcias a tu casa, casi nada.
Así que sin más que añadir, amigo marxista, espero que te des cuenta del doble rasero de que haces alarde, queréis que la gente os admire mientras hacéis uso de la violencia gratuita. Espero que no tenga que volver a vivirse un enfrentamiento fraticida, pero si se da el caso, y aunque contéis con el apoyo capitalista, como siempre, te recuerdo que habrá alguien enfrente para robarte la victoria.
Atentamente, un indignado con tus contradicciones.
Oh! vaya, que además debe ser aprobado el comentario, ésta debe ser la libertad de expresión a la que tanta alusión hacéis.
ResponderEliminarMarxistas, hipócritas.
Tengo todo un arsenal de armas de fuego a mi alcance amigo indignado, y como tú bien has dicho, soy marxista y estoy desequilibrado. Uuuuuuh... ¡Temblad, malditos, temblad!
ResponderEliminarYa está? No tienes nada más que decir para justificar las contradicciones que manifiestas en una misma entrada? Pacífico y exaltado en una misma entrada... Rechazado por el pueblo e implorando que te laman el culo...
ResponderEliminarTodos conocemos la traición del Tzar rojo al pueblo ruso (aunque realmente debería decir a los pueblos de Oriente de Europa, ya que como sabrás, de antiimperialismo, el comunismo tiene más bien poco) Tan antisionista que váis y tanto permiso que concedió la URSS y la RPChina a los cerdos capitalistas para crear el estado pirata de Israel. Tan de enemigos que váis y ofrecéis una misma visión de mundo, materialista y mundialista, con obreros explotados (por empresarios o por burócratas, qué más da) y con una falsa libertad y justicia, defendéis una misma mentalidad.
Me parece que alguien está suplicando que le hagan caso... yo sólo con un texto tengo tu atención, si quieres la mía te va a costar lo tuyo, yo que tú dejaría de intentarlo, tengo demasiadas contradicciones que escribir para estar perdiendo el tiempo. Eso por un lado, por el otro, ¿quién te crees que eres para que tenga que justificarte nada? Venga, a seguir bien.
ResponderEliminarAcabo de leer tu articulo, y estoy completamente de acuerdo contigo, comparto exactamente el mismo deseo de ser ese grano en el culo de los pacifistas y es que como decia Lenin, el pacifismo no es mas que un fiel colaborador de los gobiernos.Aun que tambien te digo que estos no son Pacifistas, solo son simples cobardes.
ResponderEliminarY sobre la libertad ideologica mas de lo mismo, yo soy marxista leninista y he visto el rechazo que les produce esto y lo que mas sorpresa me produce es que ni si quiera saben que es....
No promueven lucha, No promueven una alternativa que no sea utopika, no promueven mas que pacifismo y asambleas que no sirven para nada, a veces pienso que solo estan jugando a ser Che guevaras sin darse cuenta que el comandante les daria 1 guantazo a cada uno de ellos por manchar el nombre de la Revolucion.